Por supuesto, requieres un instrumento adecuado con el cual puedas improvisar. Quizás pienses en tener algún conocimiento y algún tiempo de práctica. Pero, principalmente, requieres tu propia decisión de hacerlo, la creencia que puedes improvisar y desarrollar tu capacidad para eliminar las ataduras que puedan estar impidiéndote hacerlo con fluidez y encanto.
¡Tu eliges escuchar o no la música que ya está en tu interior!
Las últimas investigaciones en neuroeducación han demostrado que improvisar es en realidad accesible a la mayoría de la población si el enfoque didáctico es el adecuado. Ellas demuestran que quienes no tengan conocimientos musicales les es más fácil enfocarse sin filtros en lo que escuchan y surge interiormente. Contar con conocimientos musicales previos puede ser útil para el artista, pero solo en la medida que le dé más importancia a los aspectos inspiracionales o de su espontaneidad que a sus conocimientos o a la destreza al tocar; de lo contrario, estos conocimientos empiezan a convertirse en una limitación. Es más determinante para la evolución del artista improvisador el buen oído que tenga para la música, que de todas formas termina desarrollándose más fácilmente con la práctica de la improvisación.
Pero, en cualquier caso, con o sin conocimientos musicales, si deseas improvisar recuerda que lo que realmente necesitas es tu propia decisión, la autoconfianza de que puedes hacerlo, y llevar a la práctica las recomendaciones que te damos en este blog y pagina web.
Atrévete a improvisar. Todo empieza con tu propia decisión.