El método de enseñanza que te recomendamos parte desde el silencio de tu interior y te lleva desde el primer momento a explorar la conexión mente-emoción-alma-instrumento. Recientes textos de improvisación, están ayudando a desarrollar el interés y las capacidades a los nuevos artistas improvisadores. Sin embargo, la mayoría enseñan a improvisar sobre múltiples estilos musicales y bajo los conceptos técnicos musicales tradicionales que le exigen a nuestra mente aprender algo que ya existe para tocar. Pero es cuando construyes a partir de la nada que irás encontrando tu propio estilo musical, el cual aprendes a medida que sintonices tu oído, tu corazón y tu instrumento con el fondo de tu ser.
El Sonido del Silencio – Imagen por Jhon Tibbott
Eso sí, tú tienes la libertad de elegir como deseas improvisar. Hay materiales gratuitos en los que puedes encontrar cientos de ejercicios que te ayudarán a hacerlo bajo algún estilo. Sin duda, pueden ayudarte a explorar nuevas maneras de expresarte o refinar tu propio estilo de improvisar. Sin embargo, desde mi perspectiva, este camino para aprender música exige una enorme dosis de disciplina, mucho tiempo de estudio y práctica que puede limitar las posibilidades de improvisar libremente. Respeto mucho a aquellos que le dedican años a desarrollar sus destrezas musicales y sin duda es gratificante verlos como interpretadores. Pero no debemos olvidar que el enfoque para improvisar es más puro cuando surge de un estado de no mente.
Ese enfoque de tender a improvisar lo más puramente posible fue el mismo que utilizaron los grandes músicos de la historia y es la metodología más acertada para aprender a improvisar rápidamente desde el corazón, que tus improvisaciones suenen hermoso, te satisfagan profundamente, inspires a quienes puedan escucharte y permitan conocerte mejor.
Desarrolla el arte de la improvisación practicando sin ataduras